Lo mejor del Dragon Age: Inquisition es que por fin puedes tener tu propio nug. No es tan mono como los que te cruzas mientras exploras, que son como cerditos orejones de distintos colores, pero a cambio puedes personalizarlo y subirte encima y es la mejor montura del juego. Para conseguirlo, que no es tan fácil, se lo compras carísimo a un mercader de Val Royeaux que no quiere decirte qué estas comprando porque es demasiado exclusivo, y  eso te abre una misión en la mesa de guerra y mandas a alguien y te lo lleva al establo.

Lo otro que me está encantando del juego son los paisajes, que en el segundo del Dragon Age igual  descuidaron un poco los mapas, que muchos eran casi iguales, y aquí a veces parece que los han hecho a mala leche para perderte, con cuevas y montañas y pasarelas y todo lleno de dragones. No solo son todos diferentes, sino que lo mismo te mandan a una montaña nevada que a un pantano lleno de zombies o al desierto rojo. Menos mal que el equipaje no es problema.

La historia y los personajes son tan chulos como siempre. Yo, siempre que me dejan en un videojuego, me hago una mujer, y en este caso es una pena porque mi personaje preferido (aparte de Varric) sólo se lía con hombres y no digo quién es por si acaso. Pero bueno, la historia de amor ha sido bonita igual, aunque no me gusta nada la pelambrera rara que le han puesto al traje de Cullen, parece como de señora vieja.

En fin, que me encanta Bioware, y lo ha bordado. Otra vez.

Acabo de cumplir otro de mis propósitos de Año Nuevo y me he pasado el nivel de Chupilandia en el Diablo III. Tienes que crear una cayada mágica con objetos raros que encuentras en las misiones y luego hablar con el fantasma del Rey de las Vacas (que es muy gracioso porque hace muuu todo el rato) en el Camino Viejo de Tristán.

 Es un nivel muy cortito de solo un mapa, en una tierra feliz con flores que caminan, nubes sonrientes,  unicornios morados y ositos de peluche, y luego llegas tú y lo matas todo. Es muy bonito, aunque yo creo que la música debería ser más alegre.

Y creo que, ahora sí, ¡ya lo he visto todo del juego!

Lo que empiezan siendo unos Juegos  normales desembocan, a lo largo de la trilogía, en un levantamiento de los distritos del que Katniss es el símbolo y, por si fuera poco con oponerse al Capitolio y al presidente Snow, que huele a sangre, tiene que defender a su familia y decidir si se queda con Peeta o con Gale, su amigo de la infancia.
Y quería hablar también de Effie Trincket, que es un personaje que me gusta mucho aunque pinte poco en la trama pero, como se me está haciendo un poco larga la entrada, he pensado que mejor le dedico una a ella sola más adelante y ahora sólo os recomiendo que os leais los libros, si no lo habeis hecho todavía.