Esta es la tapa de la caja |
Y así queda el tablero, con las cartas y la cobra |
El juego es de hasta cuatro jugadores y al menos uno tiene que hacer de malo. Los buenos tienen que pasar tres pruebas cada uno (que son de ir a una casilla con una carta concreta) y luego conseguir que un dragón blanco te lleve a la isla de Cobra (que es el malo) esquivar a los hombres cobra o ganarles en duelo y llegar a la casilla central con los puntos exactos sin que una serpiente verde que gira sobre su eje te mire directamente. Ser de los buenos es frustrante, como en La llamada de Cthulhu. En cambio, si eres la Cobra solo tienes que retrasar a los jugadores y fastidiarlos lo más posible y, aunque pierdas, te ríes más. Yo, por lo menos, y eso que no suele gustarme nada ser la mala.
Lo que sí tiene el juego es que sabes de antemano cuánto te va a durar la partida, porque antes de empezar tienes que decidir cuánto tiempo tienen los buenos para ganar, y si no lo consiguen en ese tiempo gana la Cobra. Así que puedes hacer planes. Nosotros tardamos 30-40 minutos en cada partida (tres jugadores) y ya iba bien.
Y nada, que es entretenido, aunque tampoco dé como para engancharse, pero elrato de siesta lo echas bien y es así como bonito de ver.
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