Lo que he aprendido viendo Érase una vez

Pues ya me he terminado la primera temporada de Érase una vez y, a pesar de los esfuerzos de la protagonista, la cosa termina más o menos bien (no cuento nada que no me gustan los spoilers). Y esto es lo que he aprendido viendo la serie:

1. Que el lápiz de labios rojo favorece una barbaridad.

2. Que no debes hacer tratos con la gente mala, porque te engañarán. Es mejor hacer tratos con la gente buena y engañarles tú a ellos.

3. Que es importante estudiar para no ser camarera de mayor. Podrías acabar siendo la única que trabaja en todo un pueblo (y dijo trabajar, no tener empleo). En cuanto a tiempo libre, lo mejor es ser escritor.

4. A no esperar gran cosa del Príncipe Azul.

5. Que el amor verdadero es la magia más poderosa que existe. De hecho, el amor verdadero es lo más grande del mundo, con excepción de un bocadillo de cordero, lechuga y tomate, cuando el cordero es rico y magro y el tomate está en su punto... ¡Ah, no, esto es de otro sitio!

6. Que el mejor sitio para esconder a una persona es el bosque y el mejor sitio para encontrarla es la cafetería.

7. Que el mejor sitio para esconder algo es en una caja, bajo tierra y el mejor sitio para encontrarlo es en una caja, bajo tierra. Hay otro sitio, pero muerde.

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