Por ejemplo, estos dados, que parece que los han hecho metiendo nazgules en una prensa. Yo creo que tiene que costar unas gotas de sangre lanzarlos, y lo mismo hasta convocas algo, pero molan.
En cambio estos, con las hojitas y las filigranas, parecen de Arwen o de Galadriel.
Luego están estos, que parece que han estallado y que a mí me recuerdan a las palomitas de maíz, pero que son muy originales.
Y estos con efecto de diamante, que aún no han estallado pero que casi da miedo lanzarlos. Como los zapatos de Cenicienta: preciosísimos, brillantes e incómodos.
Y por último estos, que lo mejor que tienen es que, te salga lo que te salga, te van a hacer feliz. Al menos, lo que duren.





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