El Dixit, un juego para listillos

Papá Noel les ha regalado el Dixit a mis primos, supongo que porque es un juego que desarrolla la imaginación y el diálogo y que es relativamente poco violento, salvo que se lo tires a alguien a la cabeza. Así que hemos estado echando algunas partidas, para probarlo.

Aclaro que Dixit es un juego de mesa para cualquier edad, desde los 8 años, pero como tiene dibujos muy bonitos y como de cuento, y muy poco texto, parece de niños. La cosa va de que te dan seis cartas grandes, cada una con un dibujo rayante como, no sé, una caracola gigante con una ventana o un reloj de bolsillo y la tapa es una ventana a un cielo con estrellas, o el genio de la lámpara. Y tú primero los miras fijo, porque son muy chulos, y luego piensas algo ingenioso sobre uno de ellos.
Algo que describa a tu dibujo, pero que no sea muy obvio. Por ejemplo, tú eliges la del reloj y la pones bocabajo sobre la mesa y dices: "la hora de dormir". Y los demás miran sus seis cartas y ponen encima otra que les parezca que pega con la frase. Como un niño subiendo a la luna, o un dragón durmiendo sobre su montón de oro. Y por último se barajan todas y los demás votan cual es la carta que mejor va con la frase. Si todos votan tu carta, pierdes por haber sido muy evidente. Si nadie vota tu carta, pierdes y además te miran como a un bicho raro. Pero si algunos votan tu carta y otros otra, ganas esa ronda, y haces que un conejito de madera que te representa avance más que los conejitos de los demás. Y el primer conejito que llega a la meta, gana.

No sé qué pintan los conejitos en todo el asunto, supongo que de algún modo había que llevar el marcador.

Por ahora, el juego ha pasado por dos fases. La primera, en la que nadie sabe qué decir y sólo miramos fijo las cartas y la segunda, en la que le vas cogiendo el truco y la cosa va más rápida. Lo mejor que tiene esta es cuando llega alguien nuevo y tú le explicas como se juega poniendo cara de intelectual. Aún no ha pasado, pero yo creo que tiene el problema de que se pase rápido a la tercera fase, en la que ya te conoces todas las cartas y los jugadores empiezan a repetirse, o ya sabes qué dibujo va a ser sin darles la vuelta. Entonces necesitas más cartas (hay varias expansiones), o más jugadores, como si en vez de un juego de mesa tuvieses una secta.


O, mejor aún, seguir mi propuesta (por ahora no la he dicho en mi familia porque mis primos son pequeños, pero os la digo a vosotros, por si podéis aplicarla) y haceros una pulsera con los conejitos y jugar con chupitos. Si ganas, en vez (o además) de avanzar una o dos casillas, te tomas uno o dos chupitos. Además de añadirle diversión, le da más oportunidades a los que van perdiendo. Y como al día siguiente no recordarás demasiado, puedes jugar más veces sin cansarte. Probadlo si podéis.




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