Al parecer, es parte de un monasterio del XIX. Y lo mejor de todo es que es secreta. Bueno, ya no mucho, pero antes de que lo publicara en cinco o seis páginas diferentes y colgara un vídeo en youtube, él y la chica con la que exploró el pasadizo eran los únicos que lo conocían.

Yo pienso en lo que podría hacer si me encontrara algo así debajo de la cama y me brillan los ojos. Podría montar un garito clandestino como los de las pelis de gánsters, una mazmorra para jugar al rol, podría encerrar a alguien que me cayese mal... A George R.R.R Martin, por ejemplo, y no dejarlo salir hasta que termine Canción de Hielo y Fuego. Y podría decirle, con toda la razón: "Es inútil que grites, George, los muros son gruesos y nadie sabe que esto existe, será mejor que empieces a escribir". También me gustaría tener un perro, que ahora no puedo, pero no sería justo para el pobre animalito estar ahí abajo, sin ventanas.

Eso me recuerda que lo más dificil, antes de hacer nada,  sería sacar de ahí a Andrade.